Los dispositivos resistentes funcionan de manera muy similar a los dispositivos normales, excepto que están construidos con materiales duraderos y diseños reforzados para soportar un uso intensivo y entornos hostiles. Esto incluye la exposición al polvo, la humedad, temperaturas extremas y caídas o impactos.
A menudo tienen características mejoradas como baterías de larga duración, resistencia a golpes y pantallas legibles a la luz del sol para garantizar un rendimiento constante independientemente de las condiciones externas.
Los dispositivos resistentes se utilizan en la construcción, servicios de campo, organizaciones militares y otras industrias sujetas a condiciones climáticas desafiantes y peligros operativos.